Caballero, Jaime D.

¿Esta Cristo presente en nuestra Predicación? Por Daniel Caballero.

 ¿Cuál es el propósito de la existencia del Hombre y todo lo que hace?

¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Cuál es la razón de levantarme todos los días temprano para ir a trabajar? ¿De tener una esposa e hijos? E incluso, y especialmente, estar involucrado activamente con el Pueblo de Dios.

El Catecismo Mayor de Westminster, I.1, define:

P.1. ¿Cuál es el fin principal y más alto de la existencia del hombre?

  1. El fin principal y más alto propósito de la existencia del hombre es glorificar a Dios y gozar plenamente de él para siempre.

No existe una razón superior para todo lo que hacemos que darle la Gloria a Dios. En toco lo que hago, en mi trabajo, en mi familia y en la Iglesia. Sin embargo, ¿como es que Dios es mas glorificado en nosotros? John Piper menciona “Dios es mas glorificado en nosotros cuanto mas satisfechos estamos en El” Esto es, en todo lo que El es para nosotros en la persona de Cristo Jesús.[1] Es decir, mientras mas disfruto de la persona de Cristo, mientras mas satisfecho en todo lo que El es y ha hecho por mi, mas glorifico a Dios.

Glorificar a Dios es glorificar a Cristo.

Esto es algo muy importante de comprender, pues cambia radicalmente nuestra perspectiva de vida y de ministerio. Dios, en Su Soberanía, no solamente ha decretado lo que hará, sino también la manera como lo hará. El ha decretado no solamente los fines, sino también los medios, y en la providencia de Dios, el medio por el cual el Padre es mas glorificado es por glorificar al Hijo.

Ahora bien, la pregunta es, ¿que diferencia hace esto en nuestra predicación? Absolutamente toda. Pues el glorificar a Cristo no solamente es la razón principal de nuestro existir, sino también la razón principal de nuestros ministerios, y especialmente la razón de ser nuestra predicación. Pablo podía decir,

1 Corintios 1.23–24 Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Es decir, que la razón principal de nuestra predicación es proclamar a Cristo, su persona, mensaje y obra.

Glorificar a Cristo es Predicar a Cristo.

Esto de suma importancia en nuestra vida y nuestra predicacion, pues si fallamos de tener Cristo como el centro de nuestra predicacion, hemos fallado en el mensaje de nuestra predicación. Es decir, no solamente hemos fallado como predicadores si fallamos en exponer el texto de las Escrituras, sino tambien, si fallamos en mostrar como este texto en particular se relacion con la persona, mensaje y obra de Cristo Jesus y la relevancia que tiene para nosotros, en Sudamerica en el siglo XXI.

Ahora hermanos, si la Biblia es primariamente acerca de Cristo y lo que El ha hecho por nosotros, esto quiere decir que Cristo no es solamente una aplicación del pasaje, sino el centro mismo, y la llave hermeneutica que nos permite entender toda la Biblia. Y es, justamente a esto a lo que nos ayuda la Teologia Biblica.

Cristo como centro de las Escrituras.

¿Cuál es el tema central de las Escrituras? En una conversación que nuestro Señor sostuvo con un grupo de fariseos les menciono:

Juan 5.39–40 , 45-47 “Y ustedes escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida… No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?»

Ahora bien, ¿Cuál era el problema de los Fariseos? ¿Era acaso desconocimiento de las Escrituras? ¿Es que acaso no había pasado tiempo memorizando la Biblia? Claro si sabían las Escrituras, nuestro Señor mismos les dice que ellos pasaban mucho tiempo en las Escrituras.

¿Cuál era su problema? Su problema era que aunque leían y sabían de memoria Génesis, Éxodo, Levítico, Números, etc. fallaban de ver a Cristo en ellas. Es decir, sabían Levítico de memoria, pero no veían a Cristo en el, por lo cual nuestro Señor les dice, ustedes ignoran las Escrituras. Es decir, que puedes saber la Biblia de memoria, pero si no sabes como revela la misma a Cristo no has entendido las Escrituras.

Es decir que si leo el salmo 23: “Jehová es mi pastor, nada me faltara”, pero no lo conecto con Juan 10, cuando nuestro Señor dice: “Yo soy el buen pastor, el buen pastor da su vida por la ovejas”, entonces no he entendido ni Salmos 23 ni Juan 10, así sepa estos versos de memoria.

Una mal entendimiento Cristo céntrico de las Escrituras produce mala aplicación.

Ahora en otra ocasión, nuestro Señor estaba discutiendo con un grupo de Saduceos sobre la resurrección:

Mateo 22.31–33 Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina.

Ahora, nuestro Señor esta citando Éxodo 3.6 en este pasaje. Todo Judio, sabia este pasaje de memoria, era uno de los versos claves para el judaismo. Es, virtualmente imposible un rabino no estuviera familiarizado con la historia de Moises y la zarza ardiente.

John Frame menciona: “El problema con los Saduceos no era que no conocían el texto, sino que no podían o no querían aplicar el significado del mismo a la discusión acerca de la resurrección. Jesús les enseño que en la medida que uno es incapaz de aplicar la Escritura uno es ignorante de ella. Conocer la Escritura no puede estar separada de conocer sus aplicaciones.”[2]

Ahora bien, ¿Por qué fallaban en la aplicación del pasaje? Porque fallaban en el entendimiento del pasaje, y ¿por que fallaban en el entendimiento del pasaje? Porque no veían a Cristo en el. Por lo cual, no conocían la Escritura.

 Conclusión.

Quizá este pensando, ‘Si, claro, pero eso fueron los fariseos’. Déjeme decirle que en muchos de nuestros pulpitos, la manera como predicamos no seria muy diferente de la manera como se predicaría en una sinagoga es decir hacer una exegesis del pasaje pero sin ver a Cristo en El, o en una misa católica, es decir solo un esfuerzo de tratar de ser mejor con una enseñanza moralista, o una iglesia liberal, en la cual las Escrituras son solo consejos para vivir mejor, llena de ’10 maneras de como hacer esto o aquello’. Que Dios nos ayude, que no solo nuestra Predicación, sino también ministerio, vida y todo lo que hacemos, tenga a Cristo en el centro.

Daniel Caballero.

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Acerca del autor:
Daniel CaballeroDaniel Caballero nació en Lima, Perú. BSc. Universidad Nacional Agraria La Molina. BA, Seminario Teológico Bautista (Lima); Postgrado en Teología, The London Theological Seminary (Londres), ThM., Westminster Theological Seminary (PA-USA). Esta por iniciar estudios doctorales en Inglaterra sobre Historia de la Reforma y Post-Reforma, (Especializacion en John Owen). Daniel ha escrito numerosos artículos sobre puritanismo, teología bíblica y cultura. Su campo de especialización es en estudios de la Reforma y Post-Reforma (Puritanismo). Ha vivido por casi cinco años en Inglaterra, donde tuvo la oportunidad de profundizar estudios Teologicos. Es misionero enviado de Inglaterra para el servicio en desarrollo de educación teológica en Perú.

[1] John Piper, Future grace (Sisters, OR: Multnomah Publishers, 1995), 385.

[2] John Frame, Ethics, 165.

6 respuestas »

  1. Excelente me gustaría seguir recibiendo estas publicaciones para nutrirme de conocimiento. Pues todo seguidor del Señor Jesús a sido llamado a predicar el evangelio. Amén gracias de antemano

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