Administración Eclesiastica

Principios para la Administración de las Finanzas en la Iglesia. Parte 3

Nota del editor de Teología para Vivir: En los próximos días publicaremos una serie de artículos sobre la administración del dinero en la Iglesia. El tema de la administración del dinero es quizá uno de los mas importantes para la vida de la Iglesia. La serie consta de tres artículos. En el primero examinaremos el contexto e importancia de la Ofrenda para pobres mencionada en las Escrituras. En el segundo articulo, a partir de este caso de estudio veremos algunos principios desarrollados el Apóstol Pablo para Administrar el dinero dentro de la Iglesia. Por ultimo, en nuestro tercer articulo veremos como estos principios se pueden aplicar nuestro contexto. Para leer los otros artículos en la serie ver aquí. 

 ¿Debe un pastor, o incluso “Apóstol” rendir cuentas del dinero recaudado en la Iglesia? Absolutamente Si! – Parte Tres.

Principios para hoy.

Nadie sugiere que debamos seguir servilmente el plan de los años 50. Sin embargo, Pablo honraba ciertos principios fundamentales, los cuales valen mucho hoy en día. Es posible recapitular la doctrina paulina con un par de versículos en el contexto del manejo de la Colecta (2 Co 8:20-21):

2 Corintios 8.20–21 Teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros. Pues nos preocupamos [BA – nos preocupamos] por lo que es honrado [NVI – hacer lo correcto], no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.

El verbo de “procurando hacer” o “nos preocupamos” también se puede traducir como “tomar precauciones; tomar medidas; planear por adelantado.” Es decir, Pablo había pensado con la debida anticipación los pasos razonables para evitar acusaciones por parte de otras personas. Uno debe notar que Pablo no habla en ese pasaje de pautas diseñadas para dar certidumbre y confianza a los creyentes – tan válidas como sean –, sino a muchos de sus oponentes.

Por esto, Pablo revela un punto que causa que algunos tropiecen, pues el pasaje quiere decir que Pablo arreglaba el método de su ministerio para ser aprobado por los no creyentes. ¿Cómo es permisible, piden, que un apóstol llamado por Dios se rebaja a agradar a ellos sin la fe necesaria para entender un ministerio del Espíritu?

Irónicamente, los corintios habían tenido un problema similar el año anterior, con respecto al asunto de comer carne sacrificada a los ídolos. La conclusión de Pablo está en 1 Co 10:31-33

1 Corintios 10.31–33 Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. No sean motivo de tropiezo ni a Judíos, ni a Griegos, ni a la iglesia de Dios; así como también yo procuro agradar a todos en todo, no buscando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

De acuerdo con Pablo, agradamos a Dios cuando se toman medidas concretas para no ofender al mundo ni – en el caso de la Ofrenda – permitirle al mundo una oportunidad de menospreciar el evangelio. Eso podría incluir lo de eliminar duda sobre un estilo de vida que no corresponde al salario. Entonces, no hablamos de principios carnales, ni puramente pragmáticos en lo que sigue, sino de la sabiduría de Dios que es posible manifestar delante del mundo.

Algunos Pasos Sabios.

  1. Es sabio tener un plan desarrollado. Pablo, contrario a la impresión popular, era todo un proyectista. Planeaba con la debida anticipación, y de hecho sabemos más sobre la planificación de la Ofrenda que lo que sabemos, por ejemplo, sobre su primer viaje misionero. Es más, parece que cada uno de los participantes – sea Tito, Aristarco o las iglesias de Galacia – sabía su propio papel. Es sabio tener un plan predeterminado que no fluctúe, y sea llevado por doquier y sujeto a cualquier capricho inesperado.
  2. Es sabio mantener con cuidado archivos, datos y comunicación escrita. En una época sin Microsoft Excel, Pablo y su equipo, aparentemente, llevaban cuentas. Además, Pablo quiso que los agentes tuvieran a la mano cartas de presentación. Todo esto exige orden, tiempo y atención. ¡Qué impresión, que un ministerio hoy en día no se tome la molestia de publicar un informe anual o proveer información financiera! Resulta que el ministerio funciona en la neblina, por no decir en las tinieblas. A veces la organización sabe los datos y realmente está confundida o dudosa con los fondos. Otras veces ni siquiera la organización conoce las cuentas. No obstante, ¿qué importa la naturaleza del error? Hay pecados de comisión y pecados de negligencia. Es sabio también rendir cuentas.
  3. Es sabio involucrar a personas de varios “círculos”. Existe menos peligro cuando una variedad de personas informadas participan con inteligencia en las decisiones económicas. En el caso de Pablo, eran de diferentes regiones, separadas por cientos y cientos de kilómetros. Este arreglo no garantizaba una operación honesta sin embargo si la favorecía. Es un sistema mucho mejor que una junta compuesta de parientes, amigos de la familia y quienes dependan del líder para un salario. Los administradores deben tener la libertad de decir la verdad, sin retribución.
  4. Es sabio mantener cierta distancia entre el buscador de fondos y los fondos mismos. El líder que recauda fondos no tiene por qué tocar, directamente, el dinero, punto. Se debe canalizar de manera regular y reconocida. No tiene el derecho de tomar ganancias, más allá que lo que es conocido, permitido y otorgado.
  5. Es sabio que más gente tenga información precisa, puntual y transparente. ¿De qué valía contar con Administradores de la Ofrenda, si algunos no recibían todos los informes financieros; si existía un grupo íntimo que tomaba todas las decisiones importantes; si Pablo tomaba decisiones sin el grupo; si los Administradores tomaban decisiones sin comunicarlas; si había dos diferentes tipos de libros de cuentas? Con esto es posible anular todo lo bueno que los Administradores pudieran cumplir, y malgastar su tiempo. Hablamos aquí del valor de “precisión” también; en este contexto, la ambigüedad es fatal. Es legítimo resumir estas pautas de la siguiente manera: Pablo enfatizaba con el cristiano típico, y se exigía, “¿Qué quisiera yo con respecto a la rendición de cuentas si yo hubiera contribuido a favor de ese fondo y de acuerdo a un proyecto previamente establecido?” Él arreglaba para los demás lo que a él le gustaría, conforme a Mt 7:12:

 Mateo 7.12 “Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos, porque ésta es la Ley y los Profetas.

Algunas Verdades Espirituales.

  1. Existen enemigos de la iglesia y de sus líderes. Pablo estaba al tanto de sus enemigos, y no por nada – trataron de matarlo varias veces, y la calumnia siempre era una fuerza destructiva. Hoy en día la iglesia tiene sus propios enemigos: sean gubernamentales, religiosos, idealistas, políticos, etc. Unos oponentes nos atacan con amargura, otros con indiferencia. Y uno de los ataques más populares es que somos grandes estafadores, pidiendo plata y gastándola sin rendir cuentas. Esta es la desafortunada realidad actual, y ¡ojalá que frente a los opositores, pudiéramos replicar que no hay ninguna pizca de verdad en tales acusaciones!
  2. La tentación siempre es un peligro, no importa qué tan espiritual sea el líder. Es espantoso que el mundo aprecie el poder de la tentación y no tome pasos para prevenirla; mientras los cristianos, nosotros quienes creemos en Satanás, en la caída, en la carne, actuamos como si fuera una incomodidad menor. No nos engañemos: un problema de las organizaciones cristianas con respecto a sus finanzas es que no consideramos con suficiente respeto el poder del pecado. Esto no es amor, es una ingenuidad indigna del evangelio. ¿Hacemos planes como si la rectitud de algún líder ungido fuera incuestionable? No estamos haciéndole un favor, sino creando un tropiezo. Más allá, si tal persona quiere crear el aire de ser intachable por permitirlo somos cómplices del posible desastre venidero.
  3. Hay que hablar la verdad entera delante de Dios y de su iglesia. Una organización cristiana debe hablar la verdad, en particular sobre lo siguientes puntos:
    1. PROPÓSITO DEL DINERO, o Qué hará el dinero. Pablo no prometió que la Ofrenda iba a resolver para siempre el problema de pobreza en Judea. A menudo, nuestros líderes son responsables de hacer promesas ridículas, pretendiendo, fraudulentamente, que la gente done más.
    2. DESTINO DEL DINERO, o Dónde va el dinero. Pablo anunció que el fondo era para los pobres en Judea, y el dinero de hecho fue allí. Las iglesias no tuvieron que llegar a darse cuenta de que Pablo lo usó, completamente, o en parte, para otra cosa, sea válida o no. Pero, ¿cuantas veces oímos algo generalizado sobre cómo una contribución sirve para “avanzar este ministerio” o “alcanzar a las naciones con el evangelio?”, entre otras y los resultados no se ven.
    3. LEGITIMIDAD EN SU USO, o Qué se considera una actividad o una compra legítima para llevar el ministerio a cabo. Es decir, ¿habrían entendido las iglesias si Pablo hubiera adquirido un yate lujoso con aire acondicionado para transportar la Ofrenda a Jerusalén?
  4. No hay excepciones. Algunos hoy en día sugieren que Dios no permitirá que su ministerio caiga en escándalo. Por alguna razón, presumen que su propia organización tiene otro código de reglas y otro grupo de leyes naturales. Imaginan que hablar de “ser prudente” les conviene a otros ministerios, pero no al que es tan ungido, bendecido, apostólico o profético, no al que está inundado en superabundancia. Después de todo, cuando las ventanas de cielo están abiertas y hay una lluvia de prosperidad, ¿quién tiene ganas o tiempo – o hasta las agallas – de llevar cuentas? Frente a esto, tenemos que responder que Pablo tenía todo eso y más, y que él llevó y rindió cuentas. ¿Cómo podemos, valientemente, hacer menos?

Conclusión: Los datos bíblicos hablan por sí solos. Hay bastante evidencia de que la pesadilla que Pablo evitó con la sabiduría y con la verdad espiritual nos ha hecho una santa exhortación. Sin pautas sabias, hasta los líderes famosos engañan o parecen engañar. Algunos, tal vez unos pocos, pero suficientes, mienten sobre el destino del dinero, sobre que se considera una actividad o una compra legítima para llevar el ministerio a cabo, sobre el verdadero propósito del dinero. Además, vivimos en un mundo hostil, y trágicamente nuestros enemigos se burlan de nosotros, y lo que es peor, a menudo con suficiente justificación. Y es un pecado irreparable caer en una tontería fácilmente evitable. Seamos responsables y sabios, Dios nos da los recursos, rindamos las cuentas claras y debidas, y siendo lideres con mayor razón.

Para leer los otros artículos en la serie ver aquí. 

Fuente, tomado de: https://razondelaesperanza.com/2010/04/12/¿deben-los-apostoles-y-los-pastores-rendir-cuentas-en-lo-relacionado-con-lo-econonico-segun-pablo-si-en-absoluto/ 

Acerca del autor:

gary-shogren

Gary Shogren (Ph.D., Kings College, Aberdeen University) creció en un pequeño pueblo en Nueva Inglaterra (USA), en una familia con raíces puritanas. Desde niño asistía la Iglesia Bautista y Dios lo salvo a la edad de 16 años. Ha servido por mas de 25 años como pastor y profesor del Nuevo Testamento. En 1998, se mudo a Costa Rica para aprender español y desde entonces enseña en el Seminario ESEPA en San José, Costa Rica. Es autor de numerosos artículos académicos y libros. Ha contribuido en libros como The Anchor Bible Dictionary, Dictionary of Jesus and the Gospels, etc. Ha escrito también comentarios en 1-2 Tesalonicenses, 1 Corintios, etc. Esta casado con Karen y tienen 4 hijos.

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