Contemporaneo

Una Distinción Importante, Pero Descuidada – Parte 2

Sin malicia es sumision a la autoridad biblica

Por Carl Trueman,

Quizás en el corazón del infantilismo descansa la incapacidad de reconocer cualquier tipo de autoridad externa. El niño pequeño gritando por el oso de peluche está expresando indignación, su mundo ha sido cambiado en contra de su voluntad, de la misma manera como la jovencita quien (y cito) “su vida ha sido totalmente arruinada” porque su celular ha sido tomado en la noche por un padre airado. Así que, más allá de lo que pensemos sobre un comportamiento infantil tales como rabietas, mínimos quebrantamientos de reglas, contiene una dosis significativa del repudio a la autoridad externa.

Unos años atrás recuerdo envolver a alguien sobre el tema de la Autoridad bíblica. Este individuo al mismo tiempo que profesó cristianismo simplemente no pudo aceptar las demandas que la Biblia hace sobre su vida. Gradualmente, note un patrón emergente: que esta persona odiaba que su jefe le considere responsable, que hubo ancianos en la iglesia quienes quisieron hacerle responsable y que su padre le ha hecho responsable. Se hizo evidente para mí que esta persona no estaba luchando con la autoridad bíblica en particular, estaba luchando con la autoridad externa en general. Irónicamente, Occidente ha tendido a sostener tal individualismo en independencia como un signo de madurez! Como hemos visto en la última fase de este proyecto develado ante de nosotros y el mundo occidental convirtiéndose en un lugar donde los tribunales de justicia son usados para decidir dónde los niños de cinco años pueden usar el baño, pienso que el infantilismo de la trayectoria se vuelve más claro. Y a propósito, en el caso que aludo, son los niños de cinco años, no los adultos, quienes han ganado. Esto debe decirte algo.

La inocencia, sin embargo, es la antítesis (opuesto) del infantilismo. Si el infantilismo envuelve la negativa a admitir la autoridad externa, y de ese modo un rechazo a admitir nuestros propios límites y nuestra falta de exclusividad en este mundo, la inocencia es muy diferente. Ser inocente (sin malicia) es aceptar que uno no es la medida de todas las cosas. Los niños, en el mejor de los casos, son aquellos que miran a otros, especialmente adultos, para que puedan aprender cosas de las que son aún ignorantes. Ser inocente envuelve confiar en los padres o en el hermano mayor para que nos protejan, recurriendo a su sabiduría, sabiendo que los adultos tienen competencias y habilidades que están allí para ayudar.

Acerca del autor:

Truemanedit-small1Dr. Carl R. Trueman (PhD, Aberdeen) tiene la cátedra principal de Historia de la Iglesia (Paul Woolley Chair of Church History) en Westminster Theological Seminary (PA). Obtuvo su MA en la Universidad de Cambridge (Inglaterra) en 1988, y su PhD en la Universidad de Aberdeen (Escocia) en 1991. Ha escrito mas de una docena de libros, mundialmente reconocido en el ambiente académico. Su especialidad es en estudios de la Reforma. Entre sus libros se encuentran “Lutero en la vida cristiana: Cruz y Libertad” (en ingles); “La Reforma: Ayer, Hoy y Mañana” (en ingles); “John Owen: Católico Reformado, Hombre del Renacimiento” (en ingles), entre otros. Carl Trueman es considerado uno de los mas reputados historiadores a nivel mundial.

Publicado originalmente en: ‘Reformation 21’ como “An Important but Neglected Distinction” en Julio del 2013. Traducido por Esteban Palacios. Usado con permiso escrito de los editores.

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