Hombre, Pecado y Pactos

El Cristiano y los Demonios, por R.C. Sproul

Los demonios son seres sobrenaturales que sirven a Satanás. Como Satanás, también fueron ángeles. Se unieron con Satanás en su rebelión y fueron echados del cielo junto con él. Cuando se los menciona en la Escritura, es principalmente con respecto a la posesión demoníaca de los seres humanos.

Características del operar demoniaco.

El apóstol Pablo señala que mientras los dioses idolátricos adorados por los paganos no existen en realidad, los demonios sí existen, instigando y propagando dicha adoración pagana. Quienes participan de dichos ritos paganos en realidad están ofreciendo su adoración a los demonios y están operando bajo las directivas demoníacas.

El Nuevo Testamento nos revela varias características de los demonios. Suelen estar asociados con algún tipo de deficiencia física o mental, como la ceguera o el infligirse daño a sí mismos. Los demonios con frecuencia reconocieron a Cristo como el Santo de Dios. Le temieron y se sujetaron a la autoridad de Jesús. Además, los demonios tenían un conocimiento superior o sobrenatural, una fuerza superior, y la capacidad de predecir el futuro.

1 Corintios 10.20–22 No, sino que digo que lo que los Gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que ustedes sean partícipes con los demonios. Ustedes no pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?

La Reforma y los Demonios.

La Reforma reaccionó con firmeza contra el exceso de prácticas y supersticiones que rodeaban a los demonios en la Edad Media. Hacia fines del siglo dieciséis, la práctica de exorcizar demonios había sido abolida dentro de la Iglesia Luterana.

Si bien los demonios todavía continúan actuando, el nivel y la severidad de su actividad como están expresadas en el Nuevo Testamento son propias de ese tiempo. Era la “plenitud del tiempo”, la última gran defensa de este mundo contra el Redentor de la humanidad. Satanás, por decirlo de algún modo, tiró la casa por la ventana [Es decir que su actividad durante el ministerio terrenal de nuestro Señor fue mucho mas intensificado que en otras épocas o circunstancias].

Marcos 1.24–26 “¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quien Tú eres: el Santo de Dios.” Jesús lo reprendió, diciendo: “¡Cállate, y sal de él!” Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones al hombre, gritó a gran voz y salió de él.

Con la resurrección y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, el reino de Satanás, y sus camaradas los demonios, se vio severamente restringido. Sin embargo, tanto Pablo como Juan le advierten a los creyentes que en los tiempos postreros las actividades de Satanás y sus demonios se habrían de incrementar. Si tomamos lo que nos dice la Biblia en serio, debemos tomar en serio también al mundo de los demonios. No puede haber una teología bíblica sin su correspondiente demonología.

Conclusión.

Aunque los demonios son reales y poderosos, no hay ningún motivo para creer que pudieran llegar a poseer a un cristiano. Podremos ser acosados, tentados, o acusados por los demonios, pero nunca nos podrán controlar.

Lucas 10.17–20 Los setenta regresaron con gozo, diciendo: “Señor, hasta los demonios se nos sujetan en Tu nombre.” Y El les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. “Miren, les he dado autoridad para pisotear sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada les hará daño. “Sin embargo, no se regocijen en esto, de que los espíritus se les sometan, sino regocíjense de que sus nombres están escritos en los cielos.”

Un cristiano no puede ser completamente poseído por un demonio. Todos los cristianos tienen al Espíritu Santo morando dentro de sí. Su presencia les garantiza el estar libre de la posesión de los demonios. El Espíritu Santo es más poderoso que cualquier demonio que pueda atacarnos.[1]

Resumen

  1. Los demonios son ángeles caídos que están bajo el dominio de Satanás.
  2. Los demonios aparecieron con fuerza inusitada cuando Jesús estuvo sobre esta tierra.
  3. Los cristianos no pueden ser poseídos por los demonios. 

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 Acerca del autor:

r-c-sproulRobert Charles Sproul (1939-). Westminster College, Pennsylvania (BA), Pittsburgh-Xenia Theological Seminary (M.Div.), Free University of Amsterdam (PhD), Whitefield Theological Seminary (PhD). Ha sido profesor de teologia en diversos seminarios en los Estados Unidos. Es un conocido teólogo y pastor americano, autor de muchos libros. Es fundador y director de “Ministerios Ligonier”, y conduce un programa de radio diario llamado ‘Renovando tu mente’. Sproul ha servido como pastor en la Iglesia de Saint Andrews en Florida (US). Actualmente trabaja con la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos (PCA), y ha sido miembro también de la ‘Alianza de Evangélicos Confesantes’ (Alliance of Confessing Evangelicals). Es autor de mas de 100 libros, de los cuales estan disponibles en español; “Las Grandes Doctrinas de la Biblia” (1996); “Como estudiar e interpretar la Biblia”(1996); “Escogidos por Dios” (2002); “La Santidad de Dios” (1998); entre muchos otros.

[1] R.C. Sproul, Las grandes doctrinas de la Biblia (Miami, FL: Editorial Unilit, 1996), 157–158.

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