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En la película “Los dioses deben estar locos”, una tribu africana encuentra una botella de coca cola que es arrojada desde un avión. Pensando que debe ser un regalo de los dioses, convierten a la botella de coca cola en su nuevo tótem y dios. Guardando las distancias, la situación en Latinoamérica se asemeja a la de esta tribu que ha encontrado una “coca cola” en el desierto. A la locura de los “teólogos de Facebook”, personas sin ningún tipo de capacitación teológica formal en absoluto, u ordenación pastoral, pero que enseñan en las redes sociales engañando a incautos como si fueran maestros-pastores, ahora se suma la de los libros antiguos. Mejor dicho, la traducción de los libros antiguos.
¿Fue Lutero Nazi, Feminista, o un Bautista Republicano?
La mayoría no comprende la dificultad de traducir un texto antiguo, y la dificultad de comprenderlos correctamente. Leer un texto antiguo es como viajar a un país completamente desconocido. A menos que tengamos algo de conocimiento sobre sus costumbres y cultura, tenderemos a mal interpretar, para bien o para mal, su comportamiento y creencias. Esto es lo que a menudo ocurre con los libros e ideas. En la mayoría de los casos se saca de contexto las ideas y personajes, reconstruyéndolos en el mejor de los casos a nuestra imagen y semejanza, y en el peor de los casos usándolos para una causa especifica. De esta manera Lutero se convierte en una figura similar a Hitler argumentando anti-semitismo (no creo que Lutero fuera anti-semitista, y dicha noción, una vez mas se desprende de un mal entendimiento de su contexto y escritos), o un guerrillero guatemalteco o cubano luchando contra el sistema capitalista, o en un santo inmaculado clavando las 95 tesis en la puerta Wittenberg. Lutero no era ninguno de estos. Esto mismo ha ocurrido, ocurre, y ocurrirá, con casi cada personajes histórico y sus ideas. Esto es lo que veo que esta comenzando a ocurrir en Latinoamérica, y si no somos cuidadosos en este momento, terminara opacando el legado histórico que nos precede. Hasta el cansancio he visto como la izquierda teológica liberal marxista latinoamericana usa personajes históricos para sus propio fines. Incluso algunas grandes editoriales evangélicas han publicado en los últimos pocos años obras de reconstrucción histórica y teológica de Calvino y Lutero, que los hacen parecer mas a un liberal pro izquierdista latino, o a un demagogo ególatra, en lugar de las figuras históricas, santos y pecadores, que fueron. Tengo en mente aquí al menos tres volúmenes de esta naturaleza pero que por cautela y respeto no mencionare.
Hay también algunas pequeñas editoriales que están publicando libros antiguos, pero que temo que en algunos casos hara mas daño que bien en el largo plazo, a menos que se corrijan algunos errores. Esta es una responsabilidad que compete tanto a los que leen estas obras, como a los que las publican. El interés en nuestra tradición evangélica creciente de parte de un sector, en su mayoría educado, en Latinoamérica, de diferentes denominaciones representa una atractiva oportunidad para casas editoriales y seminarios, tanto desde un punta de vista financiero, así como una oportunidad para retorcer la historia y clamar a figuras históricas dentro una tradición teológica en particular. He leído libros donde Lutero es un Nazi, o feminista, o radical, o terrorista, o pentecostal, o Dispensacional, o bautista norteamericano, etc. Animo a los lectores de este post a cuidar su bolsillo, y ser cuidadosos en lo que leen, y en lo que gastan su dinero. No iniciare un “complot” para boicotear una editorial en particular que ha tergiversado a algún teólogo del pasado. Va en contra de mi creencia reformada en el libre mercado, y no censura. Pero si, de todo corazón, y como un ruego, animo a todos los lectores latinos a hacer las siguientes preguntas antes de leer un libro. Se sabio en lo que lees, en lo que gastas tu dinero, y a quien apoyas. En cada una de las preguntas a continuación daré ejemplos, la mayoría de ellos tomado de obras en ingles, pero algunas también en español.
Diez preguntas antes de leer un libro de teología histórica, tanto literatura primaria como secundaria.
1. ¿Quién es el editor?
La edición de una obra antigua requiere de un conocimiento especializado. La mayoría de ellas, en el idioma original que fueron escritas, no contenían títulos o subtítulos, o pies de notas. El editor usualmente añade todo esto para facilitar la lectura. El editor usualmente también explica un termino en latín, griego o ingles que sea de difícil traducción o que tenga un significado teológico rico. El editor debe tener un conocimiento sumamente especializado, idealmente a nivel PhD en el área que se esta tocando. Déjeme dar dos ejemplos de esto:
A. Las Instituciones de la Religión Cristiana, de Juan Calvino, editada por John T. McNeil y traducida por Ford Lewis Battles. Aqui.
Calvino produjo cinco ediciones de las Instituciones a lo largo de su vida. Cada una de ellas diferente a la otra, añadiendo y quitando cosas, según iba evolucionando su pensamiento teológico. Hacia el final de su vida publico la edición final de las Instituciones en Latín para el publico académico internacional, y otra edición en francés, de uso mas coloquial y para su natal Francia. La traducción de la edición estándar en ingles de las Instituciones fue llevada a cabo por un especialista en Latín eclesiástico (Lewis Battles), explicando el significado y uso de los términos, aparte de contener los índices necesarios para la obra. Y la edición fue hecha por John T. McNeil, quien paso la mayoría parte de su vida estudiando los escritos de Calvino. En el cuerpo del libro se ven las notas en cada párrafo, donde se evidencian los puntos en los que Calvino cambio su pensamiento, así como cuales párrafos que estan presente en la quinta edición no en otras y viceversa. Tenemos dos ediciones en español de las Instituciones. La primera es una traducción muy antigua del latín original hecha por Cipriano de Valera en 1597. Esta es la edición de Felire. La segunda es una traducción moderna, pero hecha de la edición francesa. Esta es la edición de Desafío. La edición de Cipriano de Valera es muy buena, pero muy antigua también y no tiene un cuerpo de estudio, y esta desactualizada por casi 500 años. Por otro lado, la edición del francés, aunque es útil para familiarizarse con la obra de Calvino, no es tan útil como la versión del latín para estudios teológicos.
B. El Servicio Razonable del Cristiano, por Wilhelmus a Brakel, editada por Joel Beeke. Aqui.
Joel Beeke es un especialista en literatura puritana, y la reforma holandesa es un tema que ha estudiado durante toda su vida. En adición a esto tiene un PhD de la Universidad de Cambridge en el tema. Como tal, esta capacitado para editar una obra de esta magnitud. La editorial teología para vivir esta traduciendo la edición de Beeke de El Servicio Razonable de a Brakel. Para poder hacer una edición diferente a la de Beeke tendríamos que contar con alguien que sea especialista en la reforma holandesa, domine el holandés como lengua materna, y además domine el español, latín y griego, y que se pueda dar el trabajo de editar por años una obra de esta magnitud. No conozco a nadie con estas acreditaciones en español, y un trabajo así demoraría años, sino décadas. Por esto, es mucho mas útil hacerlo de la edición de la excelente version hecha por Beeke, que es lo que estamos haciendo.
Las obras devocionales no requieren necesariamente un editor, pero si las obras mas teológicas. Antes de comprar ese libro de teología antiguo, pregúntate, ¿Quién es el editor?
2. ¿Quién es el traductor?
Esto es de suma importancia. El traductor debe no solo ser experimentado en el idioma a traducir, sino también en la jerga teológica especializada. Por ejemplo, el idioma latín tiene dos variedades principales, latín clásico y latín eclesiástico. El vocabulario, usos, etc. son diferentes en estas dos variedades. De tal manera que un latinista clásico estaría capacitado para hacer una traducción de Agustín, Seneca (o cualquiera de los filósofos estoicos) por ejemplo, pero no de Aquinas, Owen o Turretín. Es responsabilidad de la casa editorial buscar a alguien que no solo tenga la experiencia necesaria, sino también la especialización en dicho campo particular del lenguaje.
El traductor/revisor de una obra teológica debe no solo dominar el idioma de la traducción, sino también la teología. Por otro lado, no toda obra tiene la misma dificultad de traducción. Por ejemplo, las obras de Charles Spurgeon o J.C. Ryle podrían ser entendidos por alguien con un nivel básico del ingles con un diccionario, por su estilo sumamente sencillo, pero no así las obras de John Owen, o algunos puritanos.
Especialmente para las obras que no fueron originalmente escritas en ingles, y que requieren un nivel mayor de especialización, pregúntate ¿Quién es el traductor?
3. ¿De que idioma se esta traduciendo? ¿Es una traducción del original o derivada?
Como regla general, una traducción del original tiene mas valor que una traducción de un idioma derivado (es decir, una traducción). Con la excepción de los puritanos, la mayoría de obras teológicas anteriores al siglo XIX fueron escritas en latín, griego, holandés, francés y alemán. La mayoría de traducciones académicas, y de patristica que tenemos en español han sido hechas del ingles, lo cual le quita peso académico y valor a las mismas. Si es una traducción de un idioma derivado, la única manera de asegurarte que es una traducción de utilidad académica es ver quien es el editor. Es difícil de sobre enfatizar al rol crucial que tiene el editor en la explicación de términos, etc.
Entonces, antes de leer ese libro, pregúntate: A. ¿Es una traducción del idioma original? Si no lo es, B. ¿Tiene el editor las credenciales necesarias que prueben su especialización en el tema? – Si la respuesta es No a ambas preguntas, la obra carece de peso académico, y no hay garantía de su fidelidad.
4. ¿En que época histórica se coloca el libro?
La teología no es estática, sino que fue variando a lo largo de los siglos. Es indispensable estar familiarizado de manera general con el contexto y el periodo en el que la obra fue escrita a fin de poder comprender lo que el autor esta diciendo. Hay varias maneras de clasificar una obra teológica, pero usare, por simplicidad, la siguiente:
Patrística (100-450); Medieval Temprana (450-1100); Medieval Intermedia (1100-1350); Medieval Tardía (1350-1517); Reforma (1517-1600); Post-Reforma (1600-1750); Moderna (1750-1900); Contemporánea (1900-Actualidad). Ubica el periodo en el que la obra fue escrita, y trata de conocer el trasfondo teológico e histórico del mismo. Ahora bien, esto es algo muy importante: No toda obra teológica requiere una introducción, etc. Por regla general, mientras mas antigua una obra, mayor cuidado se debe prestar al contexto histórico y teológico porque la distancia con nosotros es mayor, asi como el riesgo a mal interpretarlos. Autores como Spurgeon, Ryle o Bavinck son mucho mas cercanos a nosotros que autores como por ejemplo, Owen, Calvino o Aquinas, quienes vivieron en un mundo muy diferente al nuestro.
Si no estas consciente del tiempo en el que la obra fue escrita correrás grandes riesgos de mal interpretar al autor. Lee la sección correspondiente en algún libro de teología histórica sobre el periodo de la obra que deseas leer. Esto al inicio será difícil, pero después de algunos años, cuando ya estés familiarizado con la teología e historia por periodos, ubicaras automáticamente la obra que estas leyendo en su contexto. Hay muy pocas introducciones a la teología histórica en español, pero de lo que hay recomiendo “Historia de las Doctrinas Cristianas” de Berkhof. La obra de Justo Gonzales “Historia del Pensamiento Cristiano”, es excelente también, aunque la postura metodista y estrecha correlación socio políticas con eventos históricos de parte del autor a veces juega en su interpretación subjetiva de algunos puntos históricos. Pero sin duda es una obra muy buena. La tercera y ultima es la obra de James Orr, El Progreso del Dogma. Aunque Orr niega la Inerrancia de las Escrituras, y afirma la Evolución Teísta, su obra es de excelencia académica. Si lees ingles, las obras de Teología Histórica de William Cunningham, William Shedd, y Gregg Allison son las mejores introducciones que todo estudiante debería leer.
Antes de leer ese libro, pregúntate: ¿A que periodo histórico pertenece? ¿Estoy familiarizado con dicho periodo? ¿Qué debo hacer para familiarizarme con el mismo?
5. ¿Es una obra original, un resumen o una versión añadida?
Este es uno de los puntos mas vitales al momento de considerar leer un libro antiguo. No puedo enfatizar cuanto se pierde, y a menudo se cambia, el pensamiento de un autor por quitarle, añadirle, o resumir lo que dijo. Esto no es correcto y debe evitarse. Sin embargo, es lo que más abunda en español.
Quitar: Hace poco me senté a leer un libro de J.C. Ryle, publicado en español por la editorial: “NO VOY A MENCIONAR EL NOMBRE”. Ryle fue anglicano. En esta obra, Ryle trata con varios temas relacionados con la Iglesia Local. Sin embargo, sus capitulo sobre la administración eclesiástica, el Bautismo, y los Sacramentos, fueron quitados del libro. Mutilados. No aparecen. J.C. Ryle, como anglicano, creía que la Iglesia debería estar bajo la autoridad del Rey de Inglaterra, que se debían bautizar a los niños, y defendía una perspectiva de los sacramentos que a muchos en Latinoamérica les sonaría “Católica” (aunque Ryle NO era Católico Romano, sino anglicano). Por lo cual la decisión de esta editorial fue simplemente quitar estos capítulos.
Añadir. Hay obras en español, en la que algunos “huecos” en el pensamiento del autor han sido añadidos por el editor; en algunos casos indicando lo que se hace, y en otros no. Viene a mi mente un comentario bíblico de un exegeta puritano antiguo, en el que el editor añadió sus propias posturas escatológicas. Aunque si bien es cierto el editor de dicho comentario indico en el prefacio que dicha sección no era parte del original, hacer esto no es correcto, porque la postura escatológica y hermenéutica del editor eran diametralmente opuesta a la del autor original. Aunque en cada caso esto debe evitarse, el problema no seria tan grande si ambos compartieran la misma postura teológica, pero en este caso, era una postura radicalmente diferente. Es como si un editor socialista editara el libro La riqueza de las Naciones de Adan Smith (Capitalista), y añadiera varios capítulos socialistas a la obra. Esto no es correcto.
Resumir. Algunas veces esto se hace porque es mas fácil traducir obras resumidas en ingles sencillo y sin las copiosas notas de estudio. En otros casos se hace porque algunos piensan que lo latinos no van a entenderlo, o que es mucho para ellos. En cualquier caso, la utilidad de una obra decrece mucho al ser un resumen.
Antes de leer esa obra, pregúntate: ¿Es la obra original o un resumen? ¿Le han quitado algo? ¿Le han añadido algo al cuerpo de la obra?
6. ¿Contiene las citas originales del autor?
Si alguna vez has leído la obra original de un libro antiguo, sabrás que ha menudo tienen copiosas citas a otros autores en los idiomas originales de estos, usualmente en latín, pero también en griego, francés, holandés, y alemán. Un buen editor, especializado en el tema, se tomara el trabajo de traducirlas. Como editor, me siento cómodo traduciendo, con ayuda de diccionarios, del latín y el griego. Cuando encuentro una cita en otro idioma, pido ayuda, o consulto una traducción, o uso un traductor especializado online, o una combinación de todas estas.
La mayoría de libros, en español e ingles, omiten por completo las citas originales del autor. Esto es incorrecto pues le quita el peso teológico y académico a la obra. Autores como J.C. Ryle o Charles Spurgeon no contienen muchas citas por ser libros a nivel popular. Pero si las contienen las obras de teología sistemática de autores como Charles Hodge, John Owen, Francis Turretin, etc. Para la traducción de una obra de teología académica, el editor (en caso de no dominar estos idiomas) debe contar con las herramientas necesarias para traducir las citas del holandés, latín, alemán y francés que a menudo se encuentran en estas obras. Si es un PhD en teologia, usualmente dominara aparte del Griego, Hebreo e Ingles, al menos dos idiomas extras, usualmente el Latín y uno mas.
Por lo cual, antes de leer esa obra pregúntate: ¿Qué tipo de obra es? ¿Es una obra teológica académica o a nivel popular?, y si es una obra teológica académica, ¿Contiene las citas originales del autor traducidas?
7. ¿Tiene un cuerpo critico de notas y fuentes?
Este punto se desprende muy de cerca del punto anterior. Esto es relevante solo para obras teológicas académicas, y no tanto para obras devocionales o de nivel popular. Asumiendo que se trata de una obra académica, y que contiene las citas originales del autor, el editor o editores, deben de tratar de ubicar aquella cita antigua en una obra moderna a fin de que el lector pueda ser capaz de rastrear la información y línea de pensamiento del autor. Por esto es de vital importancia un conocimiento especializado de parte del editor.
Me explico, imaginemos que John Owen (1616-1683), esta citando las Instituciones de Juan Calvino (1509-1564) en uno de sus libros. Owen citaría la edición de las Instituciones que el poseía, a menudo en latín pero a veces en ingles. El trabajo del editor es ubicar la cita exacta de las Instituciones de Calvino en la obra de Owen, y hacer la referencia en un pie de nota en el libro a la edición estándar y actual de las Instituciones de Calvino (en este caso la edición de McNeil y Battles en ingles), para que de esta manera el lector de la obra de Owen, pueda evaluar el uso que Owen esta haciendo de Calvino, y si esta haciendo un uso correcto del mismo, o esta tergiversándolo. Esto parecerá una tontería para muchos, y realmente no tiene importancia si estas leyendo una obra por propósitos devocionales. Pero a un nivel académico, es de vital importancia. Cuando uno lee, analiza y critica el pensamiento de un autor, un punto crucial es analizar su uso de las fuentes, tanto bíblicas como teológicas. ¿Esta usando de manera correcta Romanos 11? ¿Esta usando fielmente lo que Agustín dijo o sacándolo fuera de contexto? Etc. Este paso es el 1.1. al momento de hacer el análisis del pensamiento teológico de un autor. Las tergiversaciones actuales que existen del pensamiento teológico de un autor, como Lutero o Calvino, se evitarían en parte si los lectores pudieran analizar si el uso que dicho teólogo liberal esta haciendo de Lutero o Calvino es correcto o no, y para esto es indispensable analizar las fuentes.
Si estas leyendo una obra académica antigua preguntante, ¿Tiene la obra las referencias en las notas a pie de pagina o índices que ayuden a rastrear las fuentes?
8. ¿Contiene una introducción? ¿Cuál es la tendencia teológica del que escribe?
No creo que sea lo mas ético que un autor socialista escriba la introducción de un libro capitalista, aunque hay excepciones. Toda obra teológica antigua debe tener una introducción teológica e histórica a la misma que sirva a los lectores para interpretar y entender el pensamiento de dicho teólogo. También debe verse que la persona que escribe no solo sea especialista en el tema, sino también que no este tergiversando el pensamiento de dicho autor.
Por ejemplo, en el caso de la obra “El Pecador de Jerusalén Redimido”, de John Bunyan, publicado por Teología para Vivir, la introducción del libro fue escrita por el Dr. Pieter De Vries, erudito en estudios de Bunyan; y en el caso del libro “Un Avivamiento Verdadero”, de Jonathan Edwards, por el Dr. Ernest Klassen, especialista en Edwards. En ambos casos, los autores de la introducción no son solo especialistas en el tema en cuestión, sino que comparten una postura similar, así como admiración, con el teólogo en cuestión: Bunyan y Edwards.
Antes de leer esa obra, fíjate ¿Tiene una introducción histórica y teológica al tema? ¿Quién la escribe? ¿Tiene conocimiento especializado del tema?
9. ¿Cuál es el contexto histórico, teológico y pastoral del texto?
Esto es suma importancia al leer un libro antiguo. El riesgo aquí es a tomar literalmente lo que el autor dice o mal interpretarlo. Por ejemplo, John Owen era un autor joven, en medio de una guerra civil, cuando escribio La muerte de la muerte en la muerte de Cristo. Owen apoyaba al partido republicado, independiente que era en su mayoría calvinista, y se encontraban en guerra contra el partido real, monárquico, que era en su mayoría arminiano. Las multiples referencias a “guerra” y lenguaje bélico y plagado emoción en contra de los arminianos, debe entenderse a la luz de los saqueos, y pillajes que se estaban cometiendo. Después de la guerra, el lenguaje de Owen con respecto a los arminianos cambio mucho, incluso deseaba incluirlos como parte de la misma comunión bajo una confesión común. ¿Cambio Owen sus posturas? No, pero debe tenerse en cuenta el contexto, y que en algunos casos, las referencias a “arminianos” en La Muerta de la Muerte en la Muerte de Cristo, es hacia el partido real y la guerra civil. No tener esto en cuenta llevara a jovencitos a iniciar cruzadas por Facebook usando memes con el fin de defender la sana doctrina, y en “guerra” contra a apostasía.
Con esto en mente la editorial teología para vivir publico su primer volumen titulado “John Owen y el Puritanismo Ingles: Historia y Metodología”, y el segundo “John Owen y el Puritanismo Ingles: Teología”, a fin de que los lectores tuvieran un trasfondo solido para todos los demás volúmenes del puritanismo que vendrían, y la serie “Tópicos en teología pastoral”, Vol. 1 y Vol. 2 con el mismo fin. De esta manera, el lector podría ubicar el contexto histórico, teológico, y pastoral de casi cualquier obra del siglo XVII, sirviendo estas obras como una guía y compañía al leer otras obras del mismo periodo.
Antes de leer esa obra pregúntate: ¿Conozco en algo el contexto histórico, teológico y pastoral? ¿Hay algún libro que me ayude a comprenderlo?
10. ¿Tiene copyright?
El Copyright de una obra no esta vigente si: A. El autor ha muerto hace mas de 70 años. B. Es una traducción antigua. Esto es importante. Hay editoriales latinas que están traduciendo obras de autores contemporáneos sin los debidos permisos editoriales, y otras haciendo traducciones de traducciones contemporáneas. Tomemos dos ejemplos: Cornelius Van Til y Herman Bavinck.
En el caso de Van Til, es obvio, pues al ser un autor contemporáneo, todas sus obras tienen copyright. La editorial debe asegurarse de tener el copyright de la casa publicadora en ingles, y el lector debe verificar que en la hoja inicial de créditos se mencione el dueño original de los derechos de la obras.
En el caso de Herman Bavinck, las cosas no son tan obvias. Bavinck murió hace casi 100 años. Por tiempo, sus obras ya no tienen copyright. Sin embargo, esto aplica solo a la obra en el idioma original, esto es el holandés. Las traducciones al ingles si están bajo copyright y se han hecho recientemente. Por lo cual si es una obra traducida del holandés al español, el lector debe fijarse bien que el editor tenga conocimiento especializado del tema (preguntas 1-3), o que sea una traducción con los permisos debidos. En caso de que no se cuente con un editor especializado, o no se informen de los permisos, quizá se trate de una traducción fraudulenta. Es decir, alguien que traduce la versión del ingles contemporánea, pero la hace pasar como si fuera la traducción del holandés original para evitar pagar los derechos de autor. Esto no solo es ilegal, sino inmoral.
Antes de leer es obra, pregúntate: ¿Tiene derechos de autor? ¿Es una obra contemporánea? ¿En el caso de ser una obra del original, es un editor/traductor especializado en el tema?
Estas diez preguntas espero ayuden al momento de adquirir y publicar obras antiguas. Hay muchos, muchos tesoros por ser excavados. Pero debe hacerse de la manera correcta, y no “a la latina”. Los compradores también deben ser advertidos y ser sabios al momento de adquirir dichas obras.
Bendiciones del Señor,
Mas artículos del autor aqui.
Daniel Caballero.

Acerca del autor:
Daniel Caballero nació en Lima, Perú. BSc. Universidad Nacional Agraria La Molina. BA, Seminario Teológico Bautista (Lima); Postgrado en Teología, The London Theological Seminary (Londres), ThM-Teologia Histórica., Westminster Theological Seminary (PA-USA). Esta por iniciar estudios doctorales en Inglaterra sobre Historia de la Reforma (siglo XVI) y Post-Reforma (siglo XVII). Especialización en John Owen y Puritanismo ingles. Daniel ha escrito numerosos artículos sobre puritanismo, teología bíblica y cultura. Su campo de especialización es en estudios de la Reforma y Post-Reforma (Puritanismo). Ha vivido por casi siete años en Inglaterra, donde tuvo la oportunidad de profundizar estudios Teológicos. Es misionero enviado de Inglaterra para el servicio en desarrollo de educación teológica. Actualmente vive en Cork, Irlanda. Tiene experiencia desde muy joven en educación teológica. Esta casado con Ellie.
Categorías:Caballero, Jaime D., Contemporaneo, Teologia Historica
Que tal hermano, saludos desde Colombia. Hay una obra de teología histórica en Español a mi juicio mucho mas documentada que la de berkhof. Se titula manual de historia de la doctrina Cristiana. Por Reinhold Seeberg un Luterano, fue editada por casa bautista de publicaciones, en dos tomos ¿ la conoce? Buen articulo. Bendiciones.
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Gracias por su mensaje. No la conozco hermano, podría pasarme el link por favor para revisarla? Mi conocimiento de obras luteranas es pobre y me gustaria revisarla. Gracias!
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Hermano la obra está descatalogada podría enviar imágenes del índice … Si le interesa
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Hermano, creo que esta guía servirá especialmente para las biografías de cristianos, especialmentes de aquellos que han vivido en épocas más antiguas. Mi pregunta es si considera algo más en relación a las biografía sde cristianos antiguos, o a lo mejor podría hacer una guía para biografías. Bendiciones
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Hola, hermano,
En especial el ejemplo del comentario del exegeta puritano traducido por el autor dispensacionalista es especialmente relevante.
En la portada del comentario, la editorial puso la leyenda «obra completa sin abreviar», y después de comprarlo me di cuenta que en la introducción el traductor había «corregido» el comentario, y reemplazado por completo el comentario de Apocalipsis.
Esos ya no son «errores piadosos» o ignorantes, sino deshonestidad pura.
Gracias por el artículo!
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