Por Daniel Caballero.
No me refiero aquí a una marcha, o una defensa de la misma, sino a algo que nos atañe a todos. La pregunta no es si es condenable el abuso a la mujer, sino, ¿Por qué gran parte de la Iglesia Evangélica permanece en silencio? La mayoría sabe que esta mal, pero no hasta que punto. ¿Nos hemos vuelto ciegos a ciertos males sociales? El Perú ocupa el segundo lugar de asesinatos de mujeres en Latinoamérica, y el 70% de ellos son cometidos por sus parejas.[1] La inversión del plan de Dios: El varón fue puesto para amarla no odiarla, para cuidarla no maltratarla, para proveer no abandonar. ¿Qué debo hacer entonces?
1. ¿Evangelio y la cultura?
A veces se tiene la idea de que el evangelio busca oponerse a la sociedad y cultura en lugar de buscar redimirla. El evangelio no pertenece a una cultura en particular, sino que es una cultura en si misma. Es decir, el mensaje del evangelio no es americano, latino u africano, sino que trasciende a todas. Y forma de todas una nueva sociedad, un nuevo pueblo, una nueva persona en Cristo! – “y de ambos pueblos hizo uno” (Ef. 2.14).
Sin embargo, las verdades del evangelio son expresadas a través de una cultura en particular, para hablarle a una sociedad en particular, en un espacio y tiempo especifico. El evangelio pierde su poder cuando no confronta a la sociedad con su pecado. Pero también, el evangelio pierde su poder cuando confronta a la sociedad con pecados de otra sociedad o tiempo diferentes. ¿Cuáles son los pecados generalizados de nuestra sociedad? Por ejemplo, el Perú es una país lleno de corrupción, sin embargo, cuantos sermones ha escuchado sobre la corrupción en el gobierno, las familias y aun las iglesias, incluso evangelicas!? Olvidamos que, “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada.” Edmund Burke
2. ¿El corazón de la ética cristiana? (El centro de la ética cristiana)
Cristo es el centro de las Escrituras. Pero, cuales son las implicancias éticas del cristianismo? “Amor al prójimo”. Miqueas 6.8 lo resume bien: “El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti, Sino sólo practicar la justicia (el derecho), amar la misericordia (lealtad), Y andar humildemente con tu Dios?” Con todos? Cierto. Pero en especial con los necesitados, con “la viuda, el pobre y el extranjero”. Es así que una de las maneras como Dios mismo se revela en la Biblia es como “El defensor de la viuda y el pobre.” (Dt. 10.18, Sal. 65.8, etc). La viuda, el pobre y el extranjero en la sociedad Israelita eran aquellos que eran mas vulnerables. Carecían de recursos y poder para defenderse. La viuda y el pobre se morirían de hambre, el migrante era explotado. La Ley Mosaica esta llena de leyes de protección a las poblaciones vulnerables.
El Pueblo de Dios mostraba su rectitud por hacerle bien a este segmento de la población (ejemplifican esto varones como Abraham, Job, Booz, etc.- Job 29.12, 29.16, etc.) La pregunta es ¿Qué segmento de nuestra población son nuestras “viudas, pobres y extranjeros”? ¿Qué segmentos es vulnerable, abusado y explotado?: Mujeres, niños y migrantes. El abuso al menor y el aborto son males sociales. Pero también lo son la explotación y racismo que sufren muchos migrantes de la sierra y selva al llegar a Lima. Sin embargo, ¿Cuándo fue la ultima predica que escucho sobre el racismo y la discriminación en nuestra sociedad? ¿Es que acaso no hay discriminación en nuestras Iglesias?
3. ¿Debemos levantar nuestra voz?
El teólogo y ministro holandés Abraham Kuyper hace una distinción entre la Iglesia como una Institución, y la Iglesia como un Organismo.[2]
- La Iglesia como una Institución es una referencia a la Iglesia local.
- La Iglesia como un Organismo son las personas que la conforman.[3]
Es decir que la misión principal de la Iglesia Local como Institución, por ejemplo “Iglesia Bautista de Gracia de Comas”, no es caridad, ni acción social o política, sino mas bien la predicación de la Palabra, el hacer discípulos. Pero, si bien es cierto que la Predicación del Evangelio es parte fundamental de la Iglesia como un Organismo, (es decir creyentes individuales – Juan, Rosa, Carlos, etc.), también lo es levantar su voz por aquellos que no lo pueden hacer. Ser justos. Ser de bendición a la nación como exiliados en ella “Y busquen el bienestar (la paz) de la ciudad adonde los he desterrado, y rueguen al Señor por ella; porque en su bienestar tendrán bienestar.” Jeremías 29.7. No hacerlo es negarnos a ser la “Luz y Sal”. “Abre tu boca por los mudos, Por los derechos de todos los desdichados. Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende los derechos del afligido y del necesitado.” Proverbios 31.8–9. ¿Quien lo hara por nosotros?
Conclusión.
“Silencio frente a la maldad, es maldad en si misma. No hacer es hacer. No hablar es hablar. Dios no nos tendrá por inocentes”. Dietrich Bonhoeffer.
¿Qué debo hacer entonces? Ora mucho. Pero también levanta tu voz. Cuando enseñes sobre la familia menciona que ningún tipo de maltrato a la mujer será tolerado. Defiendan a las mujeres vulnerables en su congregación, barrio. Denuncia públicamente cualquier tipo de maltrato. Mujer, Dios te manda a obedecerle e El antes que a tu esposo. Si te sometes a un esposo que te maltrate, no te estas sometiendo a Dios. La desobediencia no solo es opcional, sino obligatoria en este caso! No solo por ti, sino por tus hermanas. Habla, cuéntaselo a otros.
Los puritanos (Richard Baxter, William Ames, etc.) escribieron mucho sobre el tema, el maltrato a la mujer como una de las causas licitas de divorcio o separación temporal: “Si existe un peligro pleno, que no puede ser evitado, no hay duda sobre esto, sino que debes hacerlo (separarte). Debido a que es nuestro deber la preservación no solo de nuestras propias vidas, sino también la de nuestro prójimo.” [4] En el Antiguo Testamento no había divorcio por causa de maltrato, tampoco por adulterio. Lo que había era viudez! Porque aquel que maltratara a una mujer o cometiera adulterio era apedreado hasta morir! Dios nos juzgara no solo por lo que hicimos, sino por lo que dejamos de hacer. “A veces me gustaría preguntarle a Dios, por qué permites tanta maldad e injusticia en este mundo si podrías hacer algo al respecto. Pero creo que El me preguntaría lo mismo.” Varones, seamos varones. Mujeres, seamos mujeres!
Acerca del autor:

Daniel Caballero nació en Lima, Perú. BSc. Universidad Nacional Agraria La Molina. BA, Seminario Teológico Bautista (Lima); Postgrado en Teología, The London Theological Seminary (Londres), ThM., Westminster Theological Seminary (PA-USA). Esta por iniciar estudios doctorales en Inglaterra sobre Historia de la Reforma (John Owen). Daniel Caballero ha escrito numerosos artículos sobre puritanismo, teología bíblica y cultura. Su campo de especialización es estudios de la Reforma y Post-Reforma (Puritanismo). Es misionero enviado de Inglaterra para el servicio en desarrollo de educación teológica en Lima, Perú.
[1] Organización Mundial de la Salud (OMS), World Report on Violence and Health, editado por Etienne G. Krug, Linda L. Dahlberg, James A. Mercy, Anthony B. Zwi y Rafael Lozano, Ginebra, 2002, p. 118.
[2] John Bolt, ‘A Free Church, a Holy Nation: Abraham Kuyper’s American Public Theology’. Eerdmans Publishing Company. (2001), 427–28.
[3] Daniel Strange. “Rooted and Grounded? The Legitimacy of Abraham Kuyper’s Distinction between Church as Institute and Church as Organism, and Its Usefulness in Constructing an Evangelical Public Theology”, in Themelios 40, no. 3 (2015): 430–445.
[4] Richard Baxter y William Orme, The Practical Works of the Rev. Richard Baxter, vol. 4 (London: James Duncan, 1830), 165.
Categorías:Caballero, Jaime D., Contemporaneo, Editorial, Pentateuco, Teologia Pastoral
Amén! Poderoso, el Señor nos ayude a vivir su palabra.
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Excelente articulo Daniel!
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